El Horno de la Cal de San Andrés.
Construido al finalizar el primer decenio del pasado siglo, el Horno de la Cal, emplazado en la desembocadura del Barranco del Agua, en la cara norte de la Villa de San Andrés y al margen del antiguo Camino Real de la Costa en su paso por dicho barranco, representa hoy un elemento patrimonial de primer índole a escala local tanto desde el punto de vista histórico como etnográfico, sin olvidar que constituye un elemento de arquitectura industrial de gran importancia en el pasado reciente de San Andrés y Sauces.

Se trata de una edificación sencilla de piedra con su respectivo hueco de salida del humo proveniente de las fogatas que se hacían para la quema de las piedras de cal. Del mismo se lograba la creación de óxido de calcio mediante la calcinación, cal usada no sólo para la construcción y embellecimiento de viviendas sino también para la construcción de canalizaciones de agua tan importantes como la de los Nacientes de Marcos y Cordero o de fincas particulares.
Estamos ante un área históricamente, pero especialmente en los últimos años, deprimida y con un paisaje con predominio del abandono. Sin embargo en la actualidad se han terminado varias obras que se eternizaron en el tiempo pero que han convertido la costa del municipio en un recurso de gran valor que puede ser explotado turísticamente de forma exitosa. Precisamente en este espacio existe un proyecto de construcción de un Parque Litoral, un área de ocio y recreo en el entorno del Horno de la Cal, que ya fue rehabilitado a mediados de los años 90.
El Ayuntamiento San Andrés y Sauces y el Cabildo Insular de La Palma firmaron a inicios de 2007 -si bien desde 2002 se aprueba el proyecto por parte del Cabildo para su inclusión en un plan regional, lo que demuestra una vez más el retraso de los proyectos interesante en el municipio- un convenio mediante el cual se ejecutarán las obras del proyecto de Restauración y Acondicionamiento del Horno de la Cal en el Barranco del Agua, por un importe de 429.555,39 euros. Este proyecto se incluye dentro del Plan de Infraestructuras y Calidad Turística de Canarias. Se está trabajando en ello, aunque a ritmo muy lento.
Esta instalación, en desuso y prácticamente en abandono ha tenido más suerte que su hermano pequeño, el horno de la cal del Charco Azul, que en 2009 fuera destruido para la mejora del entorno de este espacio de ocio, con la promesa de ser reubicado en otro lugar adecuado, algo incumplido hasta hoy.